Estas empresas han llegado a un acuerdo para promover el uso común de sistemas de comunicaciones, estandarizando los sistema, aportando seguridad y practicidad. Tiene como objetivo que los servicios estén conectados, vinculando a los automóviles y a la sociedad, pudiendo crear nuevos servicios de valor añadido y lograr así homogeneizar los sistemas del coche conectado del mañana.

Está basado en un desarrollo conjunto de especificaciones técnicas utilizando la tecnología CASE —Connected, Autonomous, Shared, Electric (Conectados, Conducción Autónoma, Compartida, Eléctrica)— No solo se trata de ecología, también de eficiencia. Ambas puntos se traducen en economía.

Introducir una automatización para tener servicios conectados cohesionando aspectos tecnológicos, comerciales de las comunicaciones y datos. Resolviendo el problema de que cada compañía esté desarrollando por su cuenta estos dispositivos, adoptando un enfoque de tecnología y despliegue de recursos diferente. Dicho en otras palabras, esta alianza supone construir pilares técnicos de la comunicación de forma común para que luego cada compañía compita para desarrollar el mejor sistema de conectividad posible.

«Será posible prestar unos servicios conectados más prácticos a los clientes, como llamadas más claras entre clientes y operadores y velocidades de conexión superiores. Al mismo tiempo, será posible reducir la carga de desarrollo de cada una de las compañías participantes y simplificar el funcionamiento del sistema y las actualizaciones que incluyan nuevas funciones adicionales, lo que redundará en una optimización de recursos, tanto materiales como humanos», aseguran.

Suzuki, Subaru, Daihatsu, Toyota y Mazda seguirán colaborando entre ellas haciendo lo posible por desarrollar servicios que mejoren la vida de las personas y resuelvan algunos de los problemas sociales.