El mercado de coches usados en España es enorme, en estos momentos se venden dos coches usados por cada nuevo. En parte herencia de la pasada crisis y en parte por el ahorro que supone, este tipo de compras es muy recurrida.
Como todo, comprar un coche de segunda mano, tiene sus ventajas y desventajas. Por una parte, no conocemos el uso que se le ha dado a ese automóvil, y por ello, aunque no veamos problemas físicos, desconocemos el trato que ha recibido ese vehículo, lo que puede tener consecuencias a corto y largo plazo. Además los coches demandados son cada vez más antiguos, lo que ya entraña un riesgo, pero las ventajas de comprar coches usado son muchas, sobre todo económicas.
Si estás pensando en comprar un coche de segunda mano, ¡no tengas miedo! Te damos una serie de consejos para que no te equivoques en tu compra.
1. Piensa en tus necesidades al comprar un coche de segunda mano
¿Qué uso le darás al coche? ¿ Vas a hacer muchos kilometros? ¿necesitas un coche familiar? ¿ eres de los que van al campo? o a la montaña, la playa… Un sinfin de preguntas que te ayudarán a comprender que tipo de coche necesitas. Pero, ¿has pensando en la gama? Entonces, tendrás que pensar en la potencia, los elementos de seguridad, el tipo de tracción… etc
2. ¿Particular, empresa especializada o concesionario especializado?
Cada particularidad tiene sus pros y contras. Con un particular, seguramente te sea más fácil negociar y posiblemente te ahorres unos eurillos, pero ¿y si algo va mal? ¿tendrás garantías? muchas veces la respuesta a ambas preguntas es clara: NO. Por eso te recomendamos que confíes en concesionarios y empresas especializadas, disfrutaras de mas seguridad y garantías tangibles, además de asesoramientos de expertos y opciones de financiación
3. Inspecciona el exterior del coche
- Delante: Vigila los faros. Si uno parece más nuevo que el otro, puede indicar que ha sido sustituido… posiblemente a consecuencia de un golpe. Otro punto de inspección importante es la junta entre el parabrisas y el techo, para comprobar que está totalmente recto y que no hay ondulaciones.
- Lateral: Presta mucha atención a las puertas. Si no cierran perfectamente es muy posible que hayan sido reparadas y el coche haya tenido un golpe en esa zona. Un punto clave es la zona de las bisagras. Comprueba que no haya soldaduras recientes o que la pintura cambia de tono (ha podido sufrir un accidente). Si está desgastada en general, es posible que haya pasado mucho tiempo a la intemperie, así que será fácil encontrarse con óxido y gomas de plástico en mal estado.
- Detrás: El maletero es una zona donde se pueden detectar problemas graves, ya que al no estar a la vista, las posibles reparaciones son más costosas. Hay que fijarse en que no haya soldaduras extrañas en la zona de la rueda de repuesto. Conviene levantar la moqueta y las gomas de esa zona para saber si el coche ha sido repintado, ya que indicaría un paso por el chapista.
- Elementos no homologados: si el coche lleva un alerón, bajos, luces o ruedas que no figuran en la ficha técnica, acude con el a una estación técnica para comprobar si la supera.
- Bola de remolque: comprueba si la lleva; si es así probablemente el motor, los frenos o las suspensiones hayan soportado un sobreesfuerzo que puede acortar su vida útil.
4. Inspecciona el interior del coche
Descarta la compra si se enciende algún testigo o no funcionan todos los mandos: aire acondicionado, luces, intermitentes, calefacción, etc. Si hay plásticos sueltos o notas un olor extraño, más allá del típico a tabaco, no es buena señal. Y si huele a gasolina, menos aún.
5. Inspección mecánica del coche
Los fallos mecánicos son más difíciles de detectar a simple vista. Por suerte, ahora hay seguros que cubren fallos mecánicos en coches de segunda mano (y que sirven de garantía en compra/venta de particulares).
6. Cuidado con los km que marca
Hoy en día es complicado que se falsifiquen los kilómetros de un coche, ya que desde hace unos años, al pasar la ITV se apunta el número de kilómetros que tiene el coche en el momento de la inspección. También hay coches verificados por empresas independientes (que evalúan km y estado mecánico), con los que no tendremos ese problema.
De todos modos, las agujas del motor dan pistas. Si cuando el coche está parado no marca 0 revoluciones por minuto o 0 km/h, es posible que las agujas hayan sido sacadas de su posición original (ocurre también con otros indicadores, como la aguja de la temperatura, la presión del aceite o el indicador del nivel de combustible).
Otros elementos como un volante o un asiento del conductor muy gastados (y los mandos que más se usan, como los de ventanillas, radio y aire acondicionado) pueden hacernos sospechar en un coche con pocos kilómetros. Aquí entra en juego la calidad de los materiales empleados, diferentes en cada marca y modelo, pero ante la duda siempre puedes comprobar en qué estado se conservan los del mismo modelo de una antigüedad similar.
7. ¿Están los papeles en regla?
En este punto, una gestión interesante es pedir un informe extendido del vehículo a la DGT. Por muy poca cantidad de dinero (8 euros) puedes comprobar si el coche tiene algún embargo (el nuevo dueño sería el responsable de levantarlo), si ha sido importado y el número de dueños anteriores (que puede que no coincida con los datos que revela el vendedor).
Los trámites y documentación para transferir un coche son realmente sencillos. Tan sólo es necesario un contrato de compra/venta, el permiso de circulación, la tarjeta de la ITV y el recibo del último impuesto de matriculación, además de los DNI de comprador y vendedor. Puede realizarse a través de una gestoría o uno mismo en la dirección provincial de la DGT tras pagar una tasa en Hacienda.
Aquí es realmente importante comprobar que tanto matrícula como el número de bastidor coinciden con los que figuran en la documentación. De no ser así, lo más probable es que se trate de un coche robado.
8. Prueba el coche antes de comprarlo
Aunque la revisión del coche es muy importante, al final, solo conduciéndolo es cuando nos vamos a dar cuenta cómo funciona y cómo está realmente ese vehículo. Circula por un recorrido que incluya ciudad y carretera (al igual que cuando pruebas un coche nuevo), para que puedas verificar el estado del motor, de las marchas, los frenos, los amortiguadores, etc. Busca sonidos extraños y no dejes que el vendedor ponga la radio o abra las ventanillas durante la prueba. No olvides meter la marcha atrás, para tratar de probar el vehículo en el mayor número de situaciones posibles.