España cuenta con un parque automovilístico muy envejecido, es un hecho. De momento no da señles de cambio, de hecho, nuestros coches cada vez tienen mas antiguedad. Así lo demuestran los datos recabados en 2020 por la patronal de concesionarios Faconauto: la edad media de coches que se desplazaban entonces por nuestras carreteras era de 13,2 años, mientras que en 2019 se situaba en 12,7 años.
Que los automóviles en circulación sean veteranos tiene repercusiones tanto en el ámbito medioambiental como en el de la seguridad vial. Y es que cuanto más antiguo es un vehículo más contamina y menos sistemas de asistencia a la conducción equipa. Por ello, es necesario que la flota de automóviles se modernice, mirando hacia opciones mas sostenibles y menos contaminantes. Y las ayudas del Gobierno, como el plan Moves III -para adquirir vehículos electrificados-, no son suficientes; como tampoco parecer serlo la introducción de zonas de bajas emisiones, cuyo objetivo es mejorar la calidad del aire en las ciudades prohibiendo la circulación a los ejemplares que más emisiones expulsan por el tubo de escape (a partir de 2023, por ley, todos los municipios de más de 50.000 habitantes deberán incorporar ZBE).
Según informaciones facilitadas por Faconauto, las operaciones realizadas con usados de entre 5 y 8 años fueron las que más crecieron durante el año pasado, con una subida del 34,2% y un total de 173.699 unidades, lo que significa un aumento del 24,5% en comparación con 2019. Cabe señalar que la compra-venta de coches de más de 15 años, protagonistas de las operaciones entre particulares, ascendieron un 22,7% en 2021, concentrando el 34% del mercado, en línea con 2019.
En cuanto a los sistemas de propulsión, los coches movidos con motores de combustión se imponen por aplastante mayoría en el mercado de ocasión. Los modelos eléctricos apenas alcanzaron el 0,5 de cuota (se vendieron 10.285 unidades). Por su parte, los híbridos de gasolina llegaron a las 11.443 unidades y los híbridos diésel se quedaron en 1.428 ejemplares.
En cuanto a los vehículos usados diésel se registraron 1.173.900 operaciones, es decir, un 59% del total, lo que supone un aumento del 7,2% respecto a 2020 (en comparación con el año previo a la pandemia cayeron un 9%). Por lo que se refiere a los automóviles de gasolina, subieron un 6,8% con respecto a 2020, situándose en las 723.146 unidades, un 5,7% menos que en 2019.
La crisis de los microchips también ha acabado afectando al mercado de segunda mano, que ha tenido que recurrir a la importación para satisfacer la demanda de modelos más jóvenes. De ahí que las transacciones con vehículos importados crecieran un 28,4% en 2021, mientras que las operaciones con vehículos procedentes de flotas de rent a car se desplomaran un 26,2% con respecto a 2020 y nada menos que un 41,3% con respecto a 2019.